
Pero Ricardo Ferretti no mandó a sus mejores hombres, los ha reservado para el juego del miércoles ante River Plate en la Final de ida de la Copa Libertadores.
Una mala salida de Enrique Palos permitió que Enrique Triverio definiera un trazo largo de Óscar Rojas, ventaja que mantuvieron los escarlatas hasta el descanso, pese a que el cuadro universitario tuvo mayor posesión del esférico y que los Diablos Rojos no pisaban territorio enemigo. En la banca, Tigres tuvo a Aarón Fernández, Ricardo Chávez, Amaury Escoto, Víctor Alvarado, Orlando Vela, Ramón García y Luis Cruz.
Omar Arellano tuvo la ampliación de la ventaja, pero no logró definir, mandó el esférico demasiado desviado de la portería en lo que ha sido un peregrinar de Cardozo y su equipos desde torneos pasados; la falta de definición. Pero del lado de Tigres también hubo desatinos con un remate de cabeza que se fue por arriba de la portería y un Guerrón limitado.
Segundo tiempo y Enrique Esqueda quiso cambiar el rumbo del partido con un remate de cabeza que salió a las manos de Alfredo Talavera. Esqueda anduvo mal, a cinco minutos del final no dio dirección a la pelota en un testarazo que se fue desviado. Pero no sólo se trató de falta de definición, sino incluso de suerte.
La pelota se disputó con demasiada fuerza, Tigres, finalista, no quería ver lastimado el orgullo de llegar al duelo por el título continental y perder en el torneo casero y en casa pese a que le costaran varias amarillas. Las fallas parecían desesperar al Tuca Ferretti desde su banquillo, dio instrucciones al aire, pues parecía ninguno llegaba a concretarse y la concentración del equipo parecía metida de lleno, de momento, en el torneo libertador.
Tiro directo de larga distancia lanzado al área, en una última oportunidad de los “felinos” que no llegó a las redes, Toluca sacó el esférico de forma correcta, lo reventó, para apagar el Volcán en la Liga MX, al menos de momento, y dar un aviso de advertencia por parte de los Diablos Rojos que están dispuestos a ser uno de los contendientes al título y no sólo convertirse en un sinodal complicado en casa, sino también como visitante.

